Carlos Manzo, ¿será uno más de los que tanto criticó?

Por Alberto Herrera

Ante la separación del cargo de diputado federal, la vida política y personal de Carlos Manzo está a punto de dar un sesgo de 180 grados, con lo cual traicionaría los ideales que ha exhibido férreamente durante casi dos años. 

El regidor priista Fernando Guízar dio lo triste noticia de que Carlos Manzo será la carta fuerte de los partidos PRI, PRD y PAN para la presidencia municipal de Uruapan, con lo cual de ser verdad, se trastoca todo aquello que el legislador exhibió.

Durante su período como representante popular siempre dijo ser personaje íntegro, intachable, defensor de las causas populares, pero sobre todo, apegado a la línea del presidente López Obrador, así como defensor incorruptible de los postulados de la 4T.

En su búsqueda del puesto que aún ostenta, y durante su gestión como legislador se enfrentó a los que llamó corruptos, a los medios informativos que no comulgaban con sus acciones, a la policía en todos sus niveles, y flageló a todo aquél que se le ocurría.

Carlos Manzo nunca pensó que tenía que haber excepciones. Arrasó a todos por igual, lo que generó que un sector de la sociedad le aplaudiera esos arrebatos. A muchos tildó como se le ocurría, con lo cual buscaba  exhibirse como el que traía consigo la verdad, la honorabilidad y hasta la balanza de la justicia.

Todo ello repetido por meses y meses por supuesto que traía consigo un objetivo, el cual se sabía desde que se convirtió en el archirrival del alcalde Nacho Campos. La meta de Carlos Manzo era llegar fuerte a las elecciones del 2024, con el fin de ocupar la presidencia municipal de Uruapan. 

Hay que recordar que para llegar a la diputación federal usó como chivos expiatorios a Víctor Manriquez y a Silvano Aureoles, a quienes los catalogó de corruptos, sin que en su carácter de candidato y luego ya como legislador pudiera comprobar nada.

Lo mismo quiso hacer con Nacho Campos y el mismo gobernador Bedolla, con quienes se confrontó, aun siendo de su mismo partido político. Empero, desde octubre pasado la confrontación cesó de golpe mas no así la exhibición de acciones de gobierno que en todo momento catalogó de corruptas, sin volver a comprobar nada.

Todo ello le generó un capital político a Carlos Manzo, el cual proviene de sectores que ven con buenos ojos el desencuentro, la exhibición y la confrontación, en ocasiones violenta, en lugar de usar el diálogo y las instituciones para dirimir los supuestos actos revestidos de ilegalidad.

Este mismo capital político será el que pondrá a prueba al legislador Manzo. Es decir, el domingo próximo veremos de qué madera está hecho. Podremos apreciar si va respetar los postulados de los cuales se jactó presumir, que son los de la 4T y si le será leal al presidente López Obrador.

O veremos si en su afán de escalar puestos, como muchos a los cuales exhibió y señaló, aceptará ser el candidato de la coalición PRI, PRD, PAN, a la presidencia municipal, tal como lo señaló el regidor Fernando Guízar.

Por el bien del partido Morena, en el cual milita Carlos Manzo, esperemos se trate de una broma. Pero más que eso, por el bien del propio legislador, quien durante dos años nos vendió la imagen de honrado, honesto, de palabra, de ley ante la 4T y López Obrador, pero sobre todo de que respete el proyecto y a la gente que le confirió el cargo.

Si decide irse, pues demostrará su temor a jugarse la candidatura con otros de su propio partido, y veremos que se va por la más fácil, donde si fuera verdad lo que dice el regidor, a partir del próximo domingo será el candidato a la presidencia municipal por la coalición PRD, PRI y PAN.

Entonces, ¿dónde quedarán esos principiose nos vendió durante muchos meses? Diremos que los valores de los que se auto invistió sólo fueron una farsa para acomodarse en la antesala de otro cargo público, al igual como lo han hecho muchos de esos que maceró, criticó y prácticamente destrozó a través de su red social.