Breve análisis
Por RAFAEL MORALES GONZÁLEZ
REGIDOR DE MÚGICA
20 de septiembre de 2020
“Por la paz, la libertad y la democracia. Nunca más fascismo. Millones de muertos lo advierten”.
Epíteto al centenario del nacimiento de Adolf Hitler, a la puerta de la que fuera la casa materna, en una roca de granito procedente del campo de concentración de Mauthausen.
HITLER nació, para azote de la humanidad, ejemplo del abuso del poder y del totalitarismo, el 20 de abril de 1889, en una pequeña ciudad fronteriza, llamada Braunau Am Inn, con una población al 2015 de 16,632 habitantes, lugar en el que sólo vivió hasta la edad de 3 años. Hijo del tercer matrimonio de su padre Alois Hitler con Klara Pölzl, de quien nacieron 6 hijos en total, de los cuales 3 murieron antes del nacimiento de Adolf: Gustav, Ida y Otto; a la edad de 10 años de Hitler, murió su hermano Edmund de 5 años; y Paula, nacida en 1896 y muerta en 1960. Tuvo otros 2 hermanos más, nacidos del segundo matrimonio de su padre, hijos de Franziska Matzelberger: Alois y Angela.
Es preciso señalar que, en el presente trabajo, no pretendemos escribir una biografía ni mucho menos de la vida y “obras” de Hitler, pues de Hitler no se puede presumir nada importante. Dejó sólo muerte y destrucción, terror y megalomanía ilimitada de venganza, de odio y de represión, producto de vida miserable. Por tanto, sólo pretendemos enfocarnos en la medida de nuestras limitaciones, a su perfil psicológico. A ver cómo nos va.
Nuestro personaje, según el diagnóstico de Murray en este interesante documento que puede consultarse en internet, Hitler sufría histeria, neurosis, esquizofrenia y, entre otras cosas, paranoia. Era un tipo incapaz de aceptar una broma y se comportaba como un criminal compulsivo. «Es una persona rencorosa y vengativa, poco tolerante con las críticas y con tendencia a menospreciar a las personas», aseguraba el documento, que añadía otras interpretaciones como que «tenía una gran confianza en sí mismo y era altamente perseverante frente a la derrota».
El diagnóstico psicológico de Murray afirmaba que Adolf Hitler era un masoquista, pasivo con tendencias homosexuales reprimidas, pero que la raíz de todo su carácter violento procedía de los abusos y humillaciones que sufrió cuando era niño y adolescente por parte, sobre todo, de su padre, quien fuera un empleado aduanero.
Adolf Hitler, fue militar y político alemán de origen austriaco, como ya lo mencionamos al principio, responsable del inicio de la Segunda Guerra Mundial y de la muerte de más de 60 millones de personas, entre ellos millones de judíos, en el inhumano, horroroso y triste holocausto, que exterminó además la dignidad y la fraternidad humana. Bajo su mandato como Führer, fue y sigue siendo, una de las figuras históricas más temidas de la modernidad.
Las características de su personalidad y sus habilidades de liderazgo y manipulación, como podía observarse en su habilidad en el uso de la retórica y la oratoria, han sido y siguen siendo objeto de estudio.
La personalidad de Adolf Hitler fue un aspecto que preocuparon en gran medida a diferentes gobiernos durante la Segunda Guerra Mundial. En la época en la que vivió, se encargó a diversos investigadores y expertos que establecieran un perfil psicológico del dictador.
Concretamente destacan los perfiles realizados por Henry Murray para la Oficina de Servicios Estratégicos (Office of Strategic Services o OSS, precursora de la actual CIA) y por Joseph MacCurdy, estando ambos perfiles en consonancia. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ninguno de los dos autores tuvieron un contacto directo con el analizado, de manera que los perfiles elaborados se realizaron a partir del análisis de diferentes materiales y no de la exploración del individuo.
Las principales características de la personalidad de Adolf Hitler que pueden extraerse de estos informes, así como de las diferentes fuentes documentales tanto a nivel audiovisual como escrito, incluyen las siguientes consideraciones:
1. Egolatría y complejo de Mesías
En los diferentes discursos y documentos que se conservan del dictador, es posible observar como Adolf Hitler se consideraba una fuerza escogida para liderar Alemania y llevarla la victoria. Se consideraba a sí mismo una encarnación del bien, destinado a liderar a su pueblo.
Este hecho se vería favorecido por la adoración de gran parte del pueblo alemán durante su ascenso al poder. En la actualidad, podría llegar a considerarse que se trataba de un caso de delirio de autorreferencia.
2. Dificultades para la intimidad
La vida íntima de Hitler, al margen de su relación con Eva Braun, resulta poca conocida. Sin embargo, los registros de la época parecen indicar que si bien el dictador podía desplegar un gran encanto con los que le rodeaban y seguían, tenía severos problemas para establecer relaciones profundas, en parte por lo dificultoso que le suponía expresar sus sentimientos en lo relativo al afecto.
3. Sentimientos de inferioridad y autodesprecio
Los diferentes estudios y perfiles que se han llevado a cabo de su personalidad y de su historia indican que el dictador tenía un fuerte complejo de inferioridad, que a su vez le impulsaba a buscar la superioridad y la autoafirmación. De hecho, el informe elaborado por Murray destaca la presencia de una estructura débil, posiblemente producto de los malos tratos a los que era sometido por parte de su padre.
También resulta en parte revelador que, la raza aria que glorificaba, gozaba de características de las que él mismo carecía, cosa que parece favorecer la idea de la existencia de una autoestima baja y de sentimientos de inferioridad.
4. Desprecio hacia la debilidad
Asociado al rasgo anterior encontramos la presencia de un desprecio a la debilidad. Este desprecio hacia quienes consideraba inferiores puede observarse en sus actos y la eliminación sistemática de quienes en la época eran considerados débiles, como los pacientes psiquiátricos y los discapacitados intelectuales.
5. Perseverancia
Los diferentes registros y comunicados parecen indicar que Hitler era especialmente tenaz y obcecado en lo que se refería a sus objetivos, y le costaba mucho admitir la derrota. De hecho, el informe de Murray indicaba que existía la probabilidad de que el dictador se suicidara en caso de perder la guerra.
6. Carisma y capacidad de manipulación
Una de las facetas de la personalidad más conocidas de Adolf Hitler es su elevada capacidad de carisma. El dictador alemán despertaba pasiones entre sus tropas y entre las masas, como puede verse en los diversos documentos gráficos de sus discursos y el comportamiento y lealtad acérrima hacia su figura por parte de la mayor parte de sus tropas.
Asimismo, destaca su habilidad para convencer y manipular tanto a las masas como a los individuos de su postura y la veracidad de sus palabras.
7. Teatralidad
Adolf Hitler, poseía una gran capacidad de teatralización y al dramatismo, cosa que favorecía que pudiera llegar fácilmente al pueblo y ayudaba a convencer a los demás de sus puntos de vista.
8. Obsesión por el poder
Como ocurre con otros muchos dictadores, el poder era importante para Hitler. La creación de organizaciones como la Gestapo para mantener la obediencia de la población y la eliminación de disidentes son pruebas de ello. Del mismo modo se puede observar en su política expansionista, invadiendo diferentes países como Polonia o intentando atacar Rusia. En el libro que escribió durante su estancia en prisión, Mein Kampf, llegó a escribir que su partido no estaba para servir a las masas, sino para doblegarlas.
9. Poca capacidad de empatía
La poca o nula capacidad para identificarse con los pueblos sometidos y la propuesta de diversos planes de exterminio para diversos tipos de población como los judíos, homosexuales, gitanos, población con problemas psiquiátricos y disidentes demuestran una poca o nula capacidad de empatía.
PSICOPATOLOGÍAS ASOCIADAS A HITLER
Otros autores reflejan que Hitler pudo haber padecido alteraciones debido al consumo de sustancias, a una esquizofrenia paranoide, a un trastorno bipolar o incluso al síndrome de Asperger. También se le asocian diferentes parafilias como el sadomasoquismo. Las características de personalidad descritas arriba pueden tener cierta vinculación con la existencia de un cierto grado de psicopatía, dado que se cumplen características típicas de este tipo de sujetos, pero también es muy posible que sean pura propaganda para desprestigiar su figura aprovechando los estigmas que pesaban sobre las personas con trastornos mentales.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que ninguna de estas consideraciones puede tenerse como probada ni afirmarse con rotundidad, ya que como hemos dicho parten del análisis de sucesos y documentos sin haber mantenido un contacto real con el analizado. Asimismo, se corre el riesgo de minimizar la responsabilidad del sujeto, así como de trivializar algo tan grave como el genocidio masivo cometido por el líder del nazismo. O sea, que, no se puede deslindar de su responsabilidad, ni justificar todos sus hechos.
En el 2012, Austria retiró la tumba de los padres de Hitler del cementerio de Leonding, pues atraía a neonazis. En Alemania, esa inquietud se percibe en una esquina de la calle Gertrud Kolmar, en el centro de Berlín, donde sólo un escueto cartel hace saber que allí abajo se halla el búnker donde Hitler se suicidó el 30 de abril de 1945, ante la inminente toma de la capital por el Ejército Rojo.
¡Ojalá no vuelva a surgir otro Hitler!
https://www.lavanguardia.com/internacional/20160412/401044475430/casa-maldita-hitler-braunau.html
https://www.abc.es/historia/abci-hitler-informe-psicologico-murray-201203160000_noticia.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F
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