Alberto Gutiérrez Tlalpan | Algutlal | CMN
Han pasado nueve meses desde que el virus SarsCov2 desató una pandemia mundial que ralentizó el mundo y que hay quienes viven en un mundo paralelo.
Para muchas personas este período de tiempo ha pasado como en cámara lenta debido sobre todo al aislamiento. El auto arraigo que ha provocado la Pandemia nos ha enseñado muchas cosas: nos ha conectado más, ha colapsado la economía mundial y el consumo y nos ha revelado que lo que no vemos a simple vista amenaza nuestra existencia como humanidad y muchas cosas más.
En todo el planeta han muerto casi cien mil personas por mes, estamos por terminar agosto y ya sumamos más de 23 millones de personas infectadas, -incluido yo que ya padecí y, vencí aparentemente la enfermedad-.
El nuevo coronavirus SarsCov2 es el origen de la enfermedad infecciosa COVID 19. Tanto este nuevo virus como la enfermedad que provoca, eran desconocidos -antes de que estallara el brote en Wuhan (China) en diciembre de 2019-. Actualmente la enfermedad COVID 19 es una pandemia que afecta a muchos países de todo el mundo.
Para este 25 de agosto de 2020 de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins en el mundo suman 23 millones 745 mil contagios en todo el planeta y 815 mil, 520 muertes. Estamos por llegar al millón de decesos y aún la humanidad no tiene un vacuna aprobada ni probada con éxito en humanos.
Rusia ya la tiene dice, pero no ha concluido la parte experimental que demuestre su efectividad. Estados Unidos tiene otra, pero tampoco ha concluido ese paso, su rivalidad hegemónica hasta en eso se hace notar, pero estamos cerca de tenerla para comenzar a aplicarla sea rusa o de origen británico con Astra Zeneca pero financiada también por Estados Unidos. Actualmente, esa posible vacuna está en la fase 3 de los ensayos clínicos, la última antes de recibir su aprobación de las autoridades reguladoras.
Esta pandemia también nos reveló que hay seres humanos que viven como en un mundo paralelo bien nutrido de noticias falsas y teorías de conspiración que viven sumergidos en un mundo como de video juego y chocan como consecuencia con la realidad.
Así como hay quienes creen que la tierra es plana, y que los illuminati gobiernan el mundo con mentiras o verdades a medias, y hay quienes ven una sociedad enferma, egocéntrica y con aires de grandeza que cree que solo ellos tienen la verdad.
Creamos nuestras novelas en las redes sociales y nos mantenemos más conectados virtualmente. La pandemia nos ha enseñado que la corrupción sigue vigente en el mundo, los delitos de odio, los feminicidios, la violencia intrafamiliar, el robo y el crimen organizado siguen lesionando el tejido social.
Culturalmente no podemos disfrutar de nuestras tradiciones, no podemos despedir a quienes han muerto por la enfermedad y al menos en mi círculo de amistades he perdido a más de 40 de ellos en esta Pandemia.
He visto a hijos, amigos y vecinos enfermarse de la Covid-19. Estamos por cumplir un año de la aparición de la enfermedad que vencerá a Donald Trump en la reelección presidencial, estamos por llegar al millón de decesos en el mundo y vamos a tardar muchos años para recuperar el empleo, la economía y la salud a nivel mundial.
Pero como muchas cosas que no vemos, el mundo en realidad no se ha detenido, sigue girando o rotando en el espacio a una velocidad de 1700 kilómetros por hora, y, sigue orbitando el Sol a una velocidad promedio de 107 mil kilómetros por hora. En realidad, no sentimos ningún movimiento porque estas velocidades son constantes.
El virus detuvo nuestras actividades cotidianas para muchas personas, a otras no como es mi caso que trabajo recluido desde hace más de una década y estoy acostumbrado al aislamiento y la relativa soledad. En mi empleo gracias a Dios no me he visto afectado, tampoco en los estudios académicos de Derecho que realizo gracias también a las tecnologías de la Información y la comunicación.
Lo que como muchos he hecho es disminuir el consumo y promover el ahorro interno y la inversión a futuro pensando en mis descendientes. Una cosa es segura, creamos o no creamos que la enfermedad existe, la gente se muere por ello si se agravan los síntomas. También deja secuelas en nuestras tradiciones y costumbres.
Pero abrió nuevas oportunidades de comercio electrónico y parece que va a durar un buen tiempo antes de que se vaya, como ocurrió con la Pandemia de la Gripe Española que asoló el mundo en 1918 provocado por un virus de Influenza A del subtipo H1N1 que causó la muerte de entre 20 y 50 millones de personas.
Sobre el Covid-19 es difícil predecir su final, todo parece indicar hasta el momento que debemos acostumbrarnos a vivir con ella varios años ha sugerido la propia Organización Mundial de la Salud.
La enfermedad se ha llevado a actores, cantantes y políticos que no creían que la enfermedad existía, también llegó a ciudadanos que rechazaban su existencia y a quienes siguieron todos os protocolos de salud. El Covid-19 doblegó a los poderosos y dejó más vulnerables a los más vulnerables.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la enfermedad Covid-19 provoca síntomas como: fiebre, tos seca, cansancio molestias y dolores, dolor de garganta, diarrea, conjuntivitis, dolor de cabeza, pérdida del sentido del olfato o del gusto, erupciones cutáneas o pérdida del color en los dedos de las manos o de los pies.
Si no crees lo que te digo, eso demuestra que vivimos en mundos paralelos y en la misma tierra y que como estado mental atrasa el desarrollo y evolución de la humanidad como especie inteligente.
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