¿Te quedas en casa o sales a buscar el sustento familiar?

Por: Sergio Heredia /#CorporativoMichoacanoDeNoticias

 Hace ya un tiempo que no les escribía mis queridos lectores, pero hoy estoy aquí con un tema que está dando la vuelta a todo el mundo y este es, el Covid-19, también conocido como Coronavirus.

Esta enfermedad que actualmente es una pandemia que surgió en Wuhan, una ciudad de China, que tuvo al primer paciente infectado y que muy rápidamente se ha extendido por todo el mundo cobrando la vida de miles de personas en la tierra.

En primera instancia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) creía que los orígenes de la pandemia fue causada por un animal, pues señalaron a los murciélagos como los principales sospechosos.

Lo cierto es que hoy por hoy no se sabe con exactitud qué fue lo que originó a este virus tan poderoso, y la ignorancia de no saberlo retrasará el desarrollo de una posible cura que permita ponerle fin a esta pesadilla.

Pues además de arrebatar miles de vidas en el planeta, el Coronavirus también ha provocado problemas financieros muy graves en las familias de aquellos que menos tienen.

En redes sociales, así como en diversos medios de comunicación locales, estatales, nacionales e internacionales, hemos sido testigos de cómo diversos mandatarios de todos los niveles han propuesto el quedarse en casa como una alternativa para combatir a esta rara enfermedad.

Pero esta medida de seguridad para prevenir posibles contagios no es la solución al problema desde mi punto de vista, ya que existen personas que no cuentan con los recursos necesarios para poder poner un plato de sopa caliente sobre la mesa de sus familias.

Esta acción de quedarse en casa, para las clases sociales que menos tienen no parece ser una opción, pues aunque ellos así lo quieran, la desesperación por ver a sus hijas e hijos con el estómago vacío los orilla a salir a buscar el sustento diario para aquellos que más aman.

La pandemia no sólo causa enfermedades respiratorias que suelen ir de moderadas a graves, sino que también trae consigo estrés, angustia y desesperación, pues cuando el alza a los precios de la canasta básica, los despidos de trabajadores y la falta de oportunidades alcanzan a los más vulnerables, esto se vuelve algo asfixiante.

Sabemos que para las clases sociales más privilegiadas, como empresarios y políticos de primer nivel, es fácil decir que el quedarse en casa es una buena opción, ya que en el caso de los políticos, ellos viven del erario público con sueldos elevados, lo que les permite tener una vida cómoda y seguir la recomendación de quedarte en tu casa.

Tan sólo en Michoacán un diputado local gana 90 mil pesos mensuales, 70 mil pesos menos que en comparación con la pasada legislatura, donde cada congresista recibía la cantidad de 165 mil pesos mensuales.

El salario promedio del obrero en México es de 58 mil 800 pesos anuales o 30.15 pesos por hora, es decir, que el trabajo de todo un año de un obrero apenas rebasa la mitad del salario mensual de un diputado local.

Esto es mientras el ciudadano tiene empleo, porque como muchas empresas en México, el día que ya no les sirves o sólo se les presenta un problema, deciden hacer recorte de personal y darte las gracias.

En estos tiempos, como dijera el Joker, ya nadie se pone en los zapatos de nadie, cada quien busca su beneficio personal.

Viendo las cosas de esta manera hago las siguientes preguntas ¿Tú qué harías, si te quedaras sin trabajo cuando tu familia te pida el alimento diario? ¿Saldrías a buscar alguna alternativa o seguirías la recomendación de no salir de tu casa? Por un lado si sales corres el riesgo de ser contagiado, y por el otro, no puedes quedarte de brazos cruzados a esperar a que algo del cielo te caiga.

Sabemos que son tiempos difíciles para todos, pero debemos de luchar, tenemos que ser fuertes, estar unidos, y juntos sociedad y gobierno buscar los mecanismos que nos permitan poder resolver este problema de la mejor manera.

En desgracias pasadas hemos demostrado que juntos podemos y que cuando nos lo proponemos podemos vencer las adversidades que se nos presentan.