Contextos: Periodismo que impulsa el desarrollo de la región

CONTRA LOS MÉDICOS NO, PRESIDENTE

Share Button
Por #Doctor Rafael García Tinajero
No, no se trata de atacar a la Revolución Cubana, en su tiempo una gesta no sólo heroica sino también patriótica y a la vez internacionalista, paradigma de la lucha contra la explotación del hombre por el hombre, inspiración para muchos jóvenes en el mundo cuya nobleza de ideales les llevó a sacrificar incluso la vida. Tampoco de denostar a los médicos y a la medicina de aquella nación hermana, excelentes en muchos sentidos como también podemos decirlo de médicos y medicina mexicanos. Ni al sistema de salud pública de Cuba, ejemplo en muchos aspectos para otras naciones.
A ambas, a la Revolución y medicina cubana en lo personal y familiar debo mucho, la Revolución acogió en el exilio a mi padre cuando era perseguido por el régimen autoritario priista, que en aquella época encabezaba Gustavo Diaz Ordaz por el delito de demandar mejores condiciones de vida y formación académica y profesional para los jóvenes médicos residentes de los hospitales públicos en 1965. La medicina cubana forma parte de lo que fue la formación profesional de mi padre y también de la mía. Sería una grave ingratitud de mi parte ejercer una crítica malsana e injustificada contra Cuba, su revolucion, su Medicina y su salud pública.
Tampoco podría criticar las llamadas misiones internacionalistas de las cuales forman parte el apoyo con equipos de salud cubanos a otras naciones.
Tampoco puedo estar en contra de la cooperación entre dos naciones una aportando sus médicos y otra remunerando esta acción, aunque aquí no veo cómo 500 médicos cubanos vengan a resolver un problema de salud pública y asistencial de millones de mexicanos que en comunidades aisladas sufren hambre, marginación, exclusión , pobreza , falta de educación y salud e inseguridad.
Lo inadmisible es que, independientemente de la posición política individual de cada unos de sus miembros, el Presidente de la República emprenda una serie de ataques contra toda la comunidad y el gremio médico mexicano. Interpretando cualquier crítica por bien intencionada que sea como un ataque a su Cuarta Transformación y a cualquiera que la haga como un ser moralmente despreciable que no puede ser motivado por un interés genuino y bondadoso sino sólo por la mezquindad.
Se olvida de la heroicidad del personal de salud de México en los peores momentos de este país incluido éste, el de la pandemia con su medio millón de muertos, de los que muchos son médicos y el de la violencia criminal desbordada con ya cientos de miles de muertos y desaparecidos; olvida las muertes violentas de pasantes de medicina y residentes en muchas comunidades del país, incluidos feminicidios de jóvenes doctoras en servicio social a los que el Estado mexicano no ha podido brindar las condiciones mínimas para ejercer su labor con medicamentos, insumos , infraestructura y sobre todo seguridad; se olvida que si hay un gremio en el que la precariedad laboral ha sentado sus reales es precisamente el de los trabajadores de la salud donde muchos trabajadores médicos generales y especialistas , enfermeras, químicos, administrativos han sido contratados para trabajar devengando un salario menor que el trabajador de base y sin estabilidad laboral, seguridad social y otras prestaciones que por ley deberían tener, una muestra de esto último son los trabajadores contratados para atender pacientes COVID en el sector público , a los que se prometió que se les darían certeza y estabilidad laboral y hoy en su mayoría ya han sido despedidos y se encuentran nuevamente desempleados.
Decirles que son médicos conservadores, patrocinados por los dueños de los laboratorios y las grandes clínicas privadas, es una bajeza. Acusarlos de que están en contra de la gratuidad en salud y que piensan que sólo puede ser atendido el que tiene dinero para pagar un Hospital y estudios clínicos y medicinas, es vil. Señalar que son defensores de la corrupción y de ser retrógradas y egoístas, es inadmisible. Denostar a la UNAM por haber cumplido la indicación, correcta, de la autoridad sanitaria para enviar a los alumnos de pregrado a sus hogares durante el inicio de la pandemia es cinismo puro. Señalar como poco solidarios durante la pandemia a los pasantes, residentes y médicos es una falsedad, la gran mayoría permanecieron en sus comunidades y hospitales tratando pacientes de COVID y otros males, algunos a costa de la salud propia y de sus familia. México es el país con más personal de salud muerto durante la pandemia. Decir que los médicos mexicanos no van a las comunidades porque son neoliberales es una insensatez tan grande como aquella de qué hay que proteger a los criminales.
El señor presidente debe entender que la defensa de su decisión de traer médicos cubanos y llevarlos a zonas distantes del país no pasa por atacar a un gremio entregado y heroico como es el de los médicos mexicanos y los trabajadores de la salud de este país en general.
Los enemigos son él hambre, la miseria, la desnutrición, la enfermedad, la incultura, la muerte desigual, la falta de crecimiento económico, el desempleo, la inflación , la inseguridad, los delincuentes. Los médicos no, presidente.
Los médicos mexicanos no hacen otra cosa que servir al prójimo, sobre todo al desvalido y vulnerable por la enfermedad.
Señor presidente, sus comentarios respecto al gremio médico mexicano, al que pertenezco, son desproporcionados, absurdos, injustos y crueles. Sus dichos hablan más de usted, de sus prejuicios disfrazados de ideología, de su narcisismo y de su moral, que del gremio al que pretende descalificar. Lo pintan de cuerpo entero como el intransigente que hace peligrar la convivencia entre mexicanos. El ser que considera que sus creencias no son sólo derecho suyo sino obligación para los demás. El que piensa que desde su púlpito mañanero está obligado a obligar a los otros a creer en lo que usted cree o al menos a comportarse como si creyeran en ello. El que no concibe el mundo en la pluralidad política, intelectual, artística y de los comportamientos personales.
No lo pintan como la persona humanista y civilizada por la que pretende hacerse pasar y por la que votamos millones de mexicanos.
Contra los médicos no, presidente.
Share Button