Y a petición de mi paisano Gerardo Rivas, que me pregunta sobre las fechas en que se presentaron los episodios que les cuento sobre la decadencia, y al final la venta de la hacienda de Las Cañas, cuento que todo lo originó la irresponsable determinación del General Lázaro Cárdenas, ya que nada más alborotó a los pocos habitantes que vivían en la hacienda, a sabiendas (¿?) de qué un terreno de agostadero no sirve si es fraccionado ya que para mantener una cabeza de ganado se requiere de al menos 8 hectáreas. Y no se percató que además llegarían personajes de dudosa reputación, sobre todo del vecino Estado de Guerrero, suscitando episodios engorrosos que estuvieron a punto de costarle la vida a mis hermanos mayores. ¡Ah qué general tan gacho! La venta total se realizó en el año 1975.
“Ánimo”.
Mario Gómez Aburto.
P. D. “A tu amigo, pélale un higo; a tu enemigo, un durazno“. Se los dejo de tarea.
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